martes, 13 de septiembre de 2016

#LaVela20Años: la fiesta al lado del río

Costanera, noche despejada; remeras negras, fernet, cerveza, trapos; niños, globos de colores, familia. Esos fueron los condimentos de la gran fiesta que se vivió el sábado 10 de septiembre en el Parque Bicentenario, el sitio elegido por esta banda amiga para celebrar con sus fanáticos paraguayos los 20 años que llevan despertando conciencia y emociones con su música.


La Vela Puerca pisó el escenario frente a su público incondicional, que impaciente, coreaba aquellas canciones que ya son un himno en cada toque.

Como se había anticipado, Érase fue la primera parada de este "viaje en el tiempo" que prometió el Enano. Sin Avisar sonó con toda la fuerza y la noche, a la vera del río, estalló en un coro de voces que hacían suya cada canción del último disco del grupo. Calle Adicción, Soldado de Plomo, Buenas Mascotas y Ves completaron el primer bocado de un público que estaba hambriento.


La siguiente estación fue Piel y Hueso. La intro de Sobre la Sien hizo delirar a los presentes, que se entregaron a la canción. Con los corazones más que aporreados, los veleros estaban listos para el primer gran pogo de la noche, que llegó con Todo el Karma. Teysera y Cebreiro, impecables, encabezaban un espectáculo que para esa hora ya se hacía inolvidable. Con La Teoría y un potente Polidoro, se cerró este segundo bloque de canciones.


El polvo aún no se disipaba y con Clones, el Cebolla nos llevó a El Impulso, aquel disco del 2007. La lista siguió con Frágil, una canción con un ritmo de ida y vuelta que engancha, y una letra que nos enfrenta a nuestras contradicciones y debilidades. A ésta siguió la memoria de un amigo y con Colabore, las gargantas vibraron en un canto para no desaparecer. El público despidió este disco saltando con La Sin Razón.

Foto: Black Dog
Llegamos al 2004 y había que tomar aire. Llenos de Magia encendió la rebeldía. Un revoleo de remeras y banderas, llenó de vida una noche asuncena con olor a primavera. Siguiendo la misma línea, llegó De Atar y el recuerdo de un disco entrañable se apoderó de los más fanáticos. Era el turno de un himno y Va a Escampar sirvió para meter freno a este paseo del que nadie se quería bajar. El público puso la voz en Zafar y el Enano recibió a un grupo de niños, que con globos en las manos, vivían su primer concierto, nada menos que arriba del escenario. “Un aplauso para el futuro”, pidió Sebastián y así se despidió A Contraluz

Foto: La Vela Puerca - Paraguay

Otra vez Cebreiro se encargaría de dar pie, esta vez a De Bichos y Flores, que comenzó condenando a las mentes asesinas con Rebuscado. Y por si no estaba claro el mensaje, llegó Por Dentro y el tren de rabiosos coreó cada estrofa. El Enano se dio un respiro para que Manolo, como ya es costumbre, se diera el gusto de regalar a los presentes un par de "canciones viejas". Sonó entonces Paren Hoy y el dúo Manolo-Cebolla trastabillaba. Pero qué importaba; el coro de abajo se divertía. Llegó Madre Resistencia para encender una mecha que iba a estallar en Por La Ciudad y el Enano reincorporándose para poner su voz a una de las canciones más queridas por los seguidores.


Los pasajeros sabían que el final del viaje estaba cerca, pero la energía no decaía. Con Mi Semilla se abrió el último tramo llamado Deskarado. Otro himno comenzaba y volvían a ondear las banderas para retribuir un show casi impecable. Vuelan Palos, cuyo estribillo se escuchó en cada pausa, ahora sonaba con fuerza en la voz del Enano, que cada tanto agradecía el cariño. La energía volvió a subir con Haciéndose Pasar Por Luz y alcanzó su pico máximo con El Viejo y El Profeta. Mejor cierre no se podía pedir. La Vela se despedía de su gente, que desde todos los sectores pedía más. Y sí, faltaba algo. El Enano lo sabía, al igual que José, que lo hizo volver. Las voces otra vez se fundieron para la despedida y con los brazos arriba, el público celebró el placer de ganar y perder.


Así terminó una fiesta que llenó todas las expectativas. Una organización cuidada, un público encendido y una banda comprometida, hicieron de esta, una noche que sin duda perdurará en la memoria.

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