UN GUERRERO SALVADOR

El 5 de agosto de 1980, Itauguá veía nacer a quien sería uno de sus más dilectos hijos. Salvador Cabañas Ortega. Procedente de una familia humilde como otras tantas, pero con grandes sueños y metas por las cuales pelearía hasta alcanzarlas. Su pasión, el fútbol; en ello puso dedicación y luego de mucho sacrificio, las puertas se le abrieron para ser quien hoy es: nuestro gran Mariscal.

Su primer club, el 12 de Octubre de su natal Itauguá en 1998. Tendría su paso por el Club Guaraní, para luego volver al “12”, que sería su última militancia en el fútbol de su país, ya que el deporte a nivel internacional empezaba a hacerse eco de un gran jugador paraguayo. En el 2000 pasaría a filas del Audax Italiano, equipo de la primera división del fútbol chileno, en el cual se consolidaría su fama de goleador.

Jaguares de Chiapas

Tres años duró la estadía de Salvador en el fútbol trasandino y su próxima parada sería el fútbol mexicano. Llegó en el 2003 para reforzar a los Jaguares de Chiapas. Lentamente se va afianzando en el equipo, hasta que en el Clausura del 2004 pelearía entre los principales goleadores de dicho torneo.

En el 2006 acumuló 11 goles y logró junto al uruguayo, Sebastián Abreu, el título de goleador. En el mismo torneo anota tres goles más. Con 50 goles en su haber, se convierte en el máximo goleador de la historia de los Jaguares.

Club América

Tras su brillante presentación el en Los Jaguares, los ojos de “Las Águilas” se posan sobre él. Fue dupla de varios delanteros mientra iba afianzándose en la ofensiva del populoso América. Consiguió destacarse y pasar a ser una de las figuras más relevantes de dicho plantel, también a base a goles.

Se destacó tanto en el torneo local, así como en las ediciones 2007 y 2008 de la Copa Libertadores. Varias fueron las propuestas recibidas para militar en el fútbol europeo, pero “Chava”, apodo con el que lo bautizaron los mexicanos, ha priorizado siempre obtener títulos con el América, cosa que no ha sido fácil pese a sus magníficas participaciones.

Selección Nacional

Sus excelentes actuaciones en cada uno de los equipos donde le tocó jugar le valieron su indiscutida presencia en la selección de su país, meta que todo jugador persigue luego de una transferencia al exterior. Poco a poco y a fuerza de méritos fue ganándose un lugar, no sólo en el equipo sino en los corazones de los paraguayos. Aguerrido delantero, con una inigualable habilidad para acomodarse dentro del área y disputar cada balón. Salvador Cabañas, en ese entonces ya conocido como “Chavagol” iba convirtiéndose en la figura más preponderante de la ya entonces temida delantera guaraní.

Figura comercial

Cabañas no sólo incursionó en el fútbol, sino que fue más allá. Esa garra demostrada en cada actuación, lo convirtieron en un ícono de su selección por la mística luchadora que lo caracterizaba en cada partido. Fue por ello que una empresa de telefonía celular lo convoca a finales del 2009 para grabar un spot publicitario, en el cual representa al Mcal. Francisco Solano López, conductor del ejército paraguayo durante la Guerra Grande. Al igual que éste, Cabañas motiva a los paraguayos a pelear por más, a no conformarse ni rendirse. Todo esto con miras a la participación paraguaya en el mundial Sudáfrica 2010. Esto lo llevaría a ser conocido como el “Mcal. De la Selección”.

Salvador Cabañas hoy

El 25 de enero de 2010, el Paraguay se despertaba con la desagradable noticia del atentado contra Salvador. El mundo se vino abajo para todos los que soñaban con “el mundial de Cabañas”, pues con su espectacular participación en las eliminatorias, había sido uno de los principales artífices de la clasificación. El país estaba paralizado, y no era para menos. Luego de una larga cirugía, que resultó exitosa, las esperanzas iban creciendo. Salvador sobreviviría. Largas cadenas de oración fueron protagonizadas, tanto en Paraguay como en México. El mundo se hizo eco de la situación y en una misma plegaria pedían su recuperación. Hoy día, luego de meses de rehabilitación, Salvador se encuentra en su país, al lado de los suyos peleando día a día por recuperarse totalmente y dándonos la lección a cada uno de nosotros, de cuán importante es no rendirse, como nos había pedido el Mariscal.